El apriete excesivo o insuficiente de las tuercas y los pernos de la rueda puede tener consecuencias desastrosas. Las tuercas y los pernos excesivamente apretados pueden deformarse, alargarse y romperse, en especial, al pasar sobre baches y badenes.
El apriete correcto de las ruedas se está convirtiendo en un tema cada vez más importante debido a la evolución constante de los vehículos.
El aumento de tamaño de los vehículos –tanto de su altura general como de las ruedas– y, al mismo tiempo, el reducido tamaño del buje son los motivos por los cuales el conjunto rueda-disco-buje en un vehículo moderno sufre mucho más las tensiones generadas por las fuerzas que convergen en dicho punto que en un vehículo de hace 20 o 25 años.
El apriete irregular de las tuercas de la rueda puede causar, en poco tiempo, una holgura centesimal entre el conjunto buje-disco-rueda que provocará algunos problemas.
Debido a que el disco de freno roza alternativamente contra la pastilla de freno, y lo hará con mayor frecuencia tras una primera frenada, la pastilla tenderá a ajustar su posición en el disco y, por esta razón, se pueden generar vibraciones más intensas.
El rozamiento alterno (a veces podemos incluso verlo girando la rueda con las manos) hará que una zona del disco se caliente más que otra y, al frenar, el usuario notará claramente una vibración en el volante, debido a la irregularidad de la fricción sobre el disco por las distintas temperaturas que se generan.
Diferenciar estos casos del “disco doblado”, caso mucho más frecuente, es muy fácil. En este último caso, el volante vibra cuando se produce el problema pero el pedal del freno no. A lo largo de la vida de dicho disco y de dichas pastillas, el disco se deformará y en las pastillas se observará un desgaste irregular. A causa de la deformación del disco debida al rozamiento constante y alterno, también el pedal del freno empezará a vibrar.
La aplicación de un par de apriete inferior al indicado puede hacer que los tornillos se aflojen y un par excesivo puede provocar la deformación de los discos con riesgo de rotura y problemas a la hora de desenroscar los tornillos en caso de pinchazo.
Para garantizar el contacto correcto entre la rueda, el disco y el buje se recomienda apretar “en estrella” las tuercas: primero una tuerca y luego la de enfrente, en lugar de la contigua.